Se estima que el vino blanco es utilizado desde hace 2500 años y se produce por la fermentación de la pulpa no coloreada de uvas, con el fin de mantener ese color amarillo característico de este tipo de vino.

Aunque en la mayoría de recetas no se especifica el tipo de vino blanco para usar en la preparación, es de vital importancia tener esto en cuenta para poder equilibrar de manera correcta el plato, exaltando los sabores sin opacar otros. Aquí te compartimos algunos tips para que puedas escoger de manera sencilla el vino correcto.

Salsa blanca

Para preparaciones que llevan este tipo de salsa como son: carnes o pastas, el vino blanco con un sabor intenso como el Chardonnay es una opción adecuada, ya que le da un equilibrio perfecto gracias a su alta acidez, destacando así los sabores y ofreciendo una experiencia gastronómica única, también puedes acompañar tu plato final con una copa de vino del mismo tipo.

Marinar Carne

Se utiliza vino blanco en las carnes blancas para ayudar a ablandarlas y también, aportará un mejor sabor a la preparación. Puedes dejar la carne de pollo o pavo en un vino blanco como el Sauvignon Blanc, durante toda la noche y obtendrás un sabor totalmente diferente y exquisito.

Pescados y Mariscos

Para este tipo de preparaciones es ideal una acidez neutra con un toque frutal para destacar los sabores fuertes del mar, una opción ideal es el vino blanco Pinot Grigio, con delicioso aroma y notas que nos recuerdan las peras y las manzanas.

CONSEJO DE EXPERTO

Con este tipo de platos en los que se incluye alcohol es recomendable cocer a fuego lento o hervir la salsa hasta evaporar la mayor cantidad de alcohol posible, pues las cualidades propias del alcohol pueden resultar muy fuertes desequilibrando totalmente los sabores.

Es ideal reducir el vino a la mitad en una sartén aparte y luego incluirlo en la preparación, también puedes aromatizar más tus preparaciones a base de salsa Alfredo Monticello con un chorrito de vino blanco.